El cigarrillo electrónico, también conocido como “vaper”, es un dispositivo electrónico que utiliza una batería para calentar líquidos y convertirlos en vapor que es inhalado por el usuario. Aunque se promociona como una alternativa más segura al tabaco, el cigarrillo electrónico sigue siendo una amenaza para la salud.
Los líquidos que se utilizan en el cigarrillo electrónico contienen sustancias tóxicas y cancerígenas como el propilenglicol, la glicerina, el formaldehído y el plomo, entre otros. Además, la nicotina presente en algunos de estos líquidos es altamente adictiva y puede provocar problemas de salud como presión arterial alta, enfermedades cardíacas y problemas respiratorios.
Aunque en algunos países el uso del cigarrillo electrónico está regulado, en otros no existe una legislación clara al respecto. En cualquier caso, su uso en lugares públicos puede ser considerado una infracción a la ley de protección al medio ambiente y a la salud.