A través de las épocas se ha visto la importancia de la filosofía para los hombres. Desde la Grecia antigua, pasando por la edad media, el renacimiento, el barroco, la ilustración, el romanticismo, hasta hoy en día. A pesar de las diferentes ideas que abarca cada época, al momento de llegar a la pregunta ¿Qué es un filósofo? Parece que llegamos a la misma respuesta: una persona dispuesta a ir más allá de sus narices, dispuesta a explorar un nuevo mundo en busca de respuestas y a correr el riesgo de terminar haciéndose más preguntas cada vez más difíciles de concluir.

Según lo anterior, yo me pregunto lo siguiente: ¿Qué pasa con las personas de hoy en día? ¡Nadie parece interesarse ya por la filosofía! Y es que esto es un hecho. Estamos en una sociedad en donde nos consume la pereza mental, nos acostumbramos a que los medios nos den todo "molidito", aprendimos a conformarnos con lo que nos dicen en televisión o en la radio y no nos gusta ir más allá porque es que para qué.

Muchos dicen que la esclavitud ya se acabó, pero no es cierto. Somos esclavos de una sociedad consumista, donde nos controla la gente con más poder, donde ejercen sobre nosotros un poder psicológico que nos cohíbe. Ya no tenemos libertad de expresión ni de pensamiento. Y aunque muchos somos conscientes, no hacemos nada por arreglar esto. Uno se queja y se queja, y no se da cuenta de que la solución está en frente de nosotros. La filosofía es nuestra herramienta más poderosa para salir de este abismo consumista. Por esto es que la filosofía es tan importante para los seres humanos, cada época tiene ideas distintas que se adaptan a sus necesidades, asimismo pasa en la actualidad, necesitamos ideas que nos ayuden a progresar.

Es hora de empezar a pensar, empezar a ser más que un bulto de carne que es parte de una masa que manejan a su antojo, de darnos cuenta de que la filosofía es más que una ciencia, es una opción.